En un artículo anteriorDescribí un modelo para explicar el nivel de compromiso de los deportistas de alto nivel con sus clubes. El compromiso, es decir, "la motivación de un deportista para contribuir al éxito de su club ", se describió como el resultado de tres factores: factores institucionales, factores relacionales y factores individuales.
Mientras que en las organizaciones tradicionales, el compromiso de los empleados se suele encuestar cada año, o incluso con más frecuencia (encuestas de pulso), el compromiso de los deportistas de alto nivel es objeto, en el mejor de los casos, de presentimientos por parte del personal (por ejemplo: "Siento que las chicas se implican como nunca en la salvación del club") y, en el peor de los casos, de declaraciones rotundas por parte de los aficionados, como: "No se ponen la camiseta, es un escándalo, al precio que se les paga".
Sin embargo, las ventajas de una evaluación más objetiva del compromiso son claras: permite identificar los obstáculos al compromiso (por ejemplo, las dificultades de comunicación entre los deportistas y los entrenadores) y actuar sobre ellos. También permite identificar los factores que contribuyen al compromiso de los deportistas (por ejemplo, la fuerte implicación de los deportistas en el desarrollo del proyecto del club) y perpetuarlos o incluso reforzarlos.
En un mundo del deporte de alto nivel que se está volviendo adicto a los datos, ¿no tiene tanto sentido medir el compromiso y sus determinantes como recopilar datos sobre el rendimiento físico o técnico de los deportistas? ¿Cómo podemos entonces evaluar el nivel de compromiso y los factores que influyen en él?
Hay dos vías posibles: la vía cualitativa y la vía cuantitativa.
El enfoque cualitativo:
El planteamiento es sencillo. Se trata de reunir a todos los deportistas, o a una muestra de ellos, para que se expresen sobre su compromiso, lo que lo potencia y lo que lo dificulta. A través de una metodología interactiva y lúdica, y siempre que se haya dejado claro el objetivo y las normas de confidencialidad, es posible obtener un contenido muy rico, cuyas principales enseñanzas se compartirán con el personal y la dirección. Estas lecciones serán aún más operativas si se ha animado a los deportistas a reflexionar tanto sobre los problemas como sobre las soluciones.
La vía cuantitativa entonces:
Se trata de preguntar a cada deportista del grupo, a través de un cuestionario, sobre su nivel de compromiso y las cuestiones que influyen en él. El cuestionario también puede incluir preguntas abiertas para dar al atleta la oportunidad de compartir sus pensamientos e ideas sobre cómo involucrar mejor a los atletas al servicio de los objetivos de su club. A continuación, las respuestas individuales se agregan en un resumen, que también puede compartirse con los responsables de la toma de decisiones del club. Cuando la encuesta se realiza con regularidad, también es posible medir los cambios en el nivel de compromiso a lo largo del tiempo.
Porsupuesto, es posible combinar estos dos enfoques: por ejemplo, empezando con la encuesta cuantitativa y utilizando después el enfoque cualitativo para que los deportistas se expresen sobre dos o tres temas considerados prioritarios a la vista de los resultados cuantitativos.
En ambos casos, hay algunas reglas de oro que deben seguirse para que el proceso sea un éxito:
+ Explicar a los deportistas los objetivos del planteamiento, para animarles a expresarse.
+ Garantizar la confidencialidad de las opiniones comunicadas: son sólo los análisis colectivos los que deben compartirse con la dirección y el personal, y en ningún caso las opiniones personales de un atleta en particular.
+ Actuar sobre los resultados: es la expectativa legítima de los deportistas que han sido encuestados y que querrán saber cómo se han tenido en cuenta sus sugerencias.