Hoy en día existen muchos métodos para evaluar las competencias conductuales de los entrenadores: autoevaluación, 360°, centros de evaluación, etc. Gracias a estas soluciones, es posible analizar el nivel de dominio de habilidades como la gestión emocional, la toma de decisiones o el apoyo a los deportistas. ¿Pero para qué? ¿Cuáles son los diferentes usos de estos métodos?
Primer caso de uso: formación y entrenamiento
Un entrenador puede necesitar ayuda externa para cambiar su comportamiento. Esta ayuda puede adoptar la forma de formación o entrenamiento. Al principio del coaching, un diagnóstico de las habilidades de comportamiento dará al coach pistas sobre los comportamientos que podría cambiar. Si el entrenador ya ha identificado las áreas a trabajar, una evaluación de las habilidades de comportamiento le ayudará a especificarlas y, sobre todo, a priorizarlas, para acordar con su entrenador el objetivo específico del apoyo.
2º caso de uso: contratación
La decisión de contratar a un entrenador se basa en varios criterios: su experiencia, sus pretensiones económicas, su plan de juego, sus motivaciones... y también sus habilidades interpersonales. ¿Corresponde su estilo de dirección a los retos de la situación? ¿Está en consonancia con la cultura del club, la selección o el centro en cuestión? ¿Cómo se adapta a las características del personal que tendrá que dirigir o a las expectativas de la dirección deportiva? Se trata de preguntas esenciales que hay que plantear antes de un proceso de contratación y que pueden responderse con una evaluación objetiva de las competencias blandas.
Tercer caso de uso: construir un futuro profesional
Cuando un entrenador se plantea un cambio de estructura, o una nueva dirección en su vida profesional, ¿en qué elementos puede apoyarse? Las habilidades de comportamiento son una de ellas: aquellas que habrá adquirido mientras entrenaba a un alto nivel y que podrá capitalizar en el contexto de una nueva experiencia. Destacar los talentos específicos del coach, mediante una evaluación de 360º, por ejemplo, le ayudará a diseñar un proyecto profesional a su medida. También le permitirá destacar sus ventajas ante los reclutadores.
Elcoaching y la formación, la contratación, la gestión de la carrera profesional: todos estos son contextos en los que una evaluación objetiva de las habilidades blandas de un coach puede marcar la diferencia.