¿Confesar o no? Este es el dilema al que se enfrentan los deportistas que han consumido sustancias prohibidas durante su carrera. Un análisis de los principales costes y beneficios para el deportista ayuda a comprender por qué las confesiones espontáneas siguen siendo poco frecuentes.
Los beneficios de la confesión :
- en el plano psicológico, para tranquilizar su conciencia: un beneficio particularmente fuerte para los atletas cuyos valores personales se oponían a su práctica del dopaje y a las mentiras que implicaba. La confesión pone entonces fin a lo que los psicólogos llaman "disonancia cognitiva".
- psicológicamente: para evitar el riesgo de que la aduana o las autoridades deportivas lo descubran y así ahorrarse un calvario que probablemente sea aún más difícil.
- en el deporte: reducir la suspensión causada por la detección de la práctica de dopaje por parte de las autoridades, si se ha negociado previamente un acuerdo con las autoridades deportivas o antidopaje.
Los costes de la confesión :
- socialmente: una imagen degradada a los ojos del público en general y de los amigos y familiares cercanos. Aun así... el hecho de confesar y, por lo tanto, de enmendar, genera un cierto sentimiento de indulgencia, incluso de admiración cuando la confesión es completamente espontánea.
- en el plano social de nuevo: el riesgo de ser marginado por otros deportistas, tanto los que se sienten traicionados por la ley del silencio, como los que se sienten perjudicados por la competencia deshonesta que supone el dopaje.
- en el plano deportivo: una suspensión, a veces acompañada de un despido. También se cuestiona la lista de ganadores.
- económicamente: una disminución de los ingresos debido a la terminación de los contratos (empleo, patrocinio).
Si bien es cierto que la confesión aporta beneficios psicológicos, existen riesgos sociales, deportivos y financieros. Por ello, las confesiones espontáneas son raras y, por lo general, se refieren a deportistas cuya carrera ha terminado. De hecho, para estos últimos, los costes deportivos y financieros son bajos o a veces inexistentes. Por otro lado, las ganancias psicológicas son fuertes, ya que algunos necesitan reconciliarse consigo mismos para empezar de nuevo en la vida.